Nuestra visita a Paraguay del mes de junio fue intensa en todos los sentidos. Queríamos conocer de primera mano todas las circunstancias que rodean a las niñas acogidas en nuestro Hogar Medalla Milagrosa y una parte fundamental es la escolarización.
Varias tardes las acompañamos al colegio (a 2 minutos andando), conocimos a sus tutoras y disfrutamos del placer de esperarlas a las cinco en punto y ver la inmensa alegría en su rostro: ¡el tío Juan y el tío Pedro nos están esperando! ¿Quieres vernos en vídeo? PINCHA AQUÍ
Todas las tardes, de una a cinco de la tarde, acuden a un colegio público cercano acompañadas por Fernanda, su profesora de apoyo. Van contentas, con sus uniformes y sus guillerminas (zapatos). Sin la mediación del Hogar, la mayoría de ellas no estarían escolarizadas. Para nosotros la apuesta por la formación es fundamental y la base sobre la que apoyarnos para poder cambiar su futuro… La mayoría de estas niñas proceden de familias con pocos recursos.
Un porcentaje muy alto dependen de las madres (muchos padres abandonan el hogar y dejan a los hijos al cuidado de las madres) para sobrevivir, madres sin formación que trabajan internas en el servicio doméstico y no pueden atender a sus hijas que viven solas en inquilinatos (habitaciones en casas compartidas por varias familias). La solución para que estas niñas no vivan un futuro tan duro como sus madres es que reciban una formación adecuada y que se conviertan en buenas profesionales. Sólo así podrán romper el círculo vicioso de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida.
Por tanto, la primera intervención que se hace con las niñas cuando piden ingresar en el Hogar es escolarizarlas. Luego vienen las horas extra de apoyo escolar con Fernanda y otras clases de apoyo que conforman una educación integral y de las que hablaremos en otra entrada. las clases de danza, manualidades y computación (informática).